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Martes,24 de marzo de 2009.
DEPORTES
El Raspeig nº 394 - 18-marzo-2009 / Deportes
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Más de dos mil personas asisten al recital de las glorias madridistas y españolistas en la Ciudad Deportiva

El resultado fue abultado, desde luego, pero hubo un jugador sobre los más de treinta que pisaron el césped de plástico de la Ciudad Deportiva, que deslumbró por su quehacer futbolero y su encantadora humanidad, Carlos Alonso González, para todos, Santillana..

El resultado fue abultado, desde luego, pero hubo un jugador sobre los más de treinta que pisaron el césped de plástico de la Ciudad Deportiva, que deslumbró por su quehacer futbolero y su encantadora humanidad, Carlos Alonso González, para todos, Santillana. Otro nombre propio y protagonista del homenaje fue José Llopis Corona, al que el madridismo y sanvicenterismo le quiso hacer un reconocimiento a toda una trayectoria deportiva en la que fue participe de varios títulos de relevancia para el palmarés madridista, además de ser, junto a Luis Molowny, uno de los dos jugadores, actualmente vivos, que inauguraron el estadio Santiago Bernabeu.
Las autoridades locales, la alcaldesa Luisa Pastor y el edil de Deportes, José Juan Zaplana, además del presidente de la entidad jovespañolista, Miguel Fernández, le hicieron entrega de diversos recuerdos conmemorativos de la jornada.

El ex ariete merengue ya prometió al periodista de este medio que intentaría darle al público lo que esperaba de él: marcar un gol usando su arma preferida: el espectacular remate de cabeza. Y a buen seguro que lo intentó ya que sus primeras intervenciones se orientaron en ese sentido, el resultado, un remate al larguero y otro que se marchó fuera por muy poco. A la tercera fue la vencida, y Santillana en una de las suertes que manejaba como ninguno en la Europa de los setenta y ochenta, el remate de cabeza en plancha, dio a las dos mil almas que cubrían por completo la superficie del estadio sanvicentero lo que ansiaban, un gol. Pero el cántabro no solo vivió de la cabeza, al fútbol se juega, sobre todo, con los pies, y el segundo de la tarde cayó también gracias a la habilidad del portentoso ex delantero merengue, en esta ocasión al rematar certeramente un centro por la banda. Santillana dio y recibió, su comunicación con la grada fue completa, cada acción suya, cada gesto, cada pensamiento futbolístico, fue correspondido con aplausos, asombradas onomatopeyas y murmullos expectantes, tal y como se merece una leyenda viviente del club madridista.

Mientras Santillana ponía la diferencia en los últimos metros, Emilio Butragueño, “el Buitre”, ponía la magia en las cercanías del área surtiendo de balones imposibles a los jugadores blancos, entre ellos un voluntarioso Alfonso Pérez que siguió maravillando con su calidad a los espectadores.

Los veteranos del Jove Español, también salieron a disfrutar del partido.

Todos eran conscientes del enorme privilegio que suponía jugar contra la constelación de ex figuras madridistas pero se aplicaron con respeto, brillantez y tenacidad. La actuación de todos los jugadores vermellones fue digna de encomio y fue merecedor de un comentario adicional Don José Cuevas, el presidente de la sección de veteranos del club verdiblanco, quien destiló por cada uno de los poros de su piel, durante algo más de cinco minutos, esa ilusión e inocencia que solo es capaz de emanar un niño, esta tarde Cuevas era ese niño coleccionista de cromos de sus ídolos, el joven apasionado de las gestas madridistas y el caballero que respeta a quienes le han dado miles de alegrías futbolísticas y también, a quienes le ha quitado las ganas de cenar alguna noche.

Los sanvicenteros marcaron el gol del honor en la primera parte, obra de Mani quien será el que entre en la historia del fútbol sanvicentero por este motivo, y se retiraron al descanso con una desventaja de cuatro tantos a uno.

La segunda parte, fue un poco más sosa -solo se marcó un tanto más y fue obra madridista, con jugadores merengues sobre el terreno de juego menos conocidos para el publico sanvicentero pero todos ellos con la impronta de haber sido formado y educado en la casa blanca.

El Jove mantuvo el pundonor y sacrificio de la primera parte, e incluso gozaron de una ocasión manifiesta de gol, pero el marcador ya no se movió más. Al fin y al cabo este partido, era uno de esos partidos donde no se mira el electrónico.

Tras decretar el final del partido el juez de la contienda, el sanvicentero José Luis Lorenzo, la alcaldesa, Luisa Pastor, el edil de Deportes, José Juan Zaplana, entregó al capitán de los rojillos, Cuevas, la copa de subcampeón y a su homólogo merengue, la de vencedor.

Destacar la presencia de los jóvenes jugadores de la escuela de fútbol del Jove que amenizaron el descanso del partido, al igual que los músicos de la Sociedad Musical La Esperanza.
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